OCTUBRE 2020

SEPTIEMBRE 2020

SEMANA DE LAS ARTES 28/9 AL 2/10

Agradecemos y felicitamos a estudiantes y docentes por su esfuerzo y participación.

Les compartimos a continuación sus producciones.

Arte Literario

Autora: Celeste Arce (5° 1°)

Érase una vez, en el año 2020, un día normal en la vida de una joven llamada Lia, nacida en Texas, Estados Unidos.

Todo cambia cuando la joven se dirige a un centro comercial, donde allí se encuentra con una tienda de videojuegos, Al entrar le llamó la atención una máquina en el que el juego se titulaba como "in the future". Al empezar a jugar se da cuenta de que en el piso había un letrero que decía "averiado", y todo indicaba que pertenecía a esa máquina.

Lia comenzó a sentir un malestar, al cuál no le dio mucha importancia. -"El cansancio debe ser" -pensó, pero continuó en lo que estaba.

Tras este suceso, por alguna razón, Lia se metió dentro del juego, y como bien indicaba su nombre, significaba "en el futuro".

Lia comienza a notar que no sigue ninguna regla de un juego, y que podía manejarse por sí sola.

observaba objetos y personas que al parecer indicaba ser de un futuro lejano. Entre las cosas que observó, fueron autos voladores, robots caminando entre la gente, viviendas debajo del océano y hasta personas volando.

Esto dejó perpleja a Lia, que con mucha desesperación intenta buscar la manera de poder volver a su época. Le pidió ayuda a cualquiera que pasaba pero nadie parecía darle importancia, esto la dejó muy triste y desolada.

Entre tantos pensamientos, se da cuenta de que la máquina del videojuego en el que quedó atrapada, estaba averiada, lo que significaría que si alguien intentaba jugar podría tener el mismo destino que Lia o incluso ésta podría romperse por completo, lo cual indicaría que Lia se quedase atrapada en ella para siempre.

Mientras observaba las calles y los lugares, un robot se le acerca y le pregunta cuál era su problema y éste intenta ayudarla, -Me quedé atrapada en un juego -contestó. Ante esta respuesta el robot le dice que él podría tener la solución para que Lia regrese. Tras las palabras del robot, muy confundida le dice que por favor le ayude a regresar.

Una vez iniciado el plan, el robot le explica que la única forma de volver era jugando al juego en el que se quedó atrapada, pero el inconveniente era que ese juego era de hace 100 años.

Lia, con preocupación, le pregunta si había alguna alternativa para volver y el robot le responde que fabricando un juego con reglas y condiciones similares podría lograrlo. Además, le dijo que para ellos no era algo complejo crear ese tipo de objetos ya que su tecnología era demasiado avanzada.

Una vez terminado el juego, Lia y el robot proceden a probarlo en una máquina para comenzar a jugar. Después de unos minutos de jugar, Lia comienza a sentir los mismos síntomas de la primera vez que jugó el juego.

Todo a su alrededor había cambiado, había vuelto al mismo lugar del videojuego original.

-¡Lia, Lia!, despertate hija, tenés que ir al colegio. -Que sueño más raro.

Arte Literario

EL LIBRO

Autores: Arriola Juan, Cequi Julián, Sofia Di Paolo

—señor Juan —dijo el desconocido—, tengo que decirle algo muy importante.

—Estoy muy ocupado, señor...

—Profesor julian —dijo el individuo—, de la Universidad Politécnica de Buenos Aires

—No he oído hablar de dicha universidad —dijo Juan mientras intentaba dejar atrás al extraño personaje que lo seguía desde hacía un rato.

—Bueno es que... cómo le diría yo —dudó el profesor julian—, es que todavía no existe.

—¡Ah bien! —exclamó juan—. Pues avíseme cuando la construyan, estaré encantado de dar unas charlas en la inauguración. Adiós, buenos días.

—Déjeme que le cuente algo —insistió el profesor Julian—, luego lo dejaré en paz, te lo prometo.

—De acuerdo —cedió Juan cansado—, nos sentaremos en aquel banco unos minutos, tengo que volver al trabajo, ¿sabes?

—Gracias señor Juan, no le haré perder su precioso tiempo. —El profesor Julian rió como si hubiese dicho un chiste

Una vez sentados, el profesor julian del futuro explicó:

—Verá, señor Juan, vengo del futuro, del siglo XXII. Sé que en 2030 usted y su socia Sofía publicarán un libro titulado La máquina del tiempo. Esta novela se convertirá en la inspiración para los científicos de los próximos siglos

—¿De verdad? —dijo juan en apariencia interesado.

—Por supuesto. Yo mismo, desde que la leí siendo un niño, no he cejado en el intento de construir una máquina similar. Al fin lo conseguí y he venido para conocerlos en persona y darles las gracias.

Juan se levantó sonriente y estrechó la mano del visitante del futuro y le pregunto con curiosidad- ¿Como es el mundo en el siglo XXII?

¡Es fantástico! -Dijo el profesor Julian sonriendo- Con decirte que tengo un robot de mascota...

—Gracias profesor, se contare a mi socia Sofía. Le agradezco que se haya molestado en venir desde tan lejos... en el futuro. Le tendré presente cuando escriba mi novela —dijo con amabilidad y se marchó contento

El profesor Julian, satisfecho de haber convertido en realidad uno de sus sueños más preciados, volvió al siglo XXII. Envuelto en un aura de felicidad científica, se sentó ante a su escritorio, sobre el que había dejado un ejemplar de La máquina del tiempo, pero al mirarlo se quedó asombrado, porque el título había cambiado, ahora en la portada decía: Recetas de cocina para gente fina.

Arte Literario

Ruth Deheza (5° 2°)

Olvidados

Cap. I

Otro día más que me levantó. Eran las diez y pico me dijo mi abuela, tengo que ir a vender algo porque no hay nada para comer. Ah por cierto me presento, soy Tomás pero me dicen Toto, nosé por que, tengo 11 años. Vivo con Noemí mi abuela, mis papás me dejaron con ella cuando era bebé, así que no tengo mucha relación que digamos.

Me levante y me fui a buscar a la huerta las verduras que tenía que vender. Hice el recorrido de todos los días, salí por el campo, después subí a la ruta y camine bastante hasta llegar a la ciudad. Admito que ya me dolían los pies, mis zapatillas estaban agujeradas, la suela gastada, y tenía sed, pero todo sea por mi abuela -me repetía a mí mismo-.

Llegue a la gran ciudad, todos de de traje y corbata con sus zapatos recién lustrados, pelo con mucho gel y perfumados, me miraban con asco y un poco me pena. Pero saben, todavía me pregunto ¿qué es lo que tanto miran?, si mis zapatillas rotas, mi cara sucia, mi ropa gris, o las verduras. Aunque creo que las verduras no.

Pero bueno no vamos a pensar en eso ahora, tengo poco tiempo para encontrarme con Uvita, uvita es la chica a la cual le vendo las verduras.

Entre a la feria, allá muy a lo lejos se veía uvita, en su puesto de hortalizas y verduras, hoy vino sola, que raro.

Bueno le vendo rápido y me voy porque mi abuela debe tener hambre.

Toto – ¡Hola Uvita!

Uvita – Hola toto!, justo estaba esperándote. ¿Qué me trajiste hoy?

Toto – Hoy traje lechuga romana, y rúcula

Uvita – Genial. Los clientes me habían pedido eso. ¿Cuánto te debo toto?

Toto – Son 150$ pesos uvita

Uvita – Uno, y dos -conto los billetes y me dio 50$ de más- Acá tenes toto, saludos a tu abuela. Te espero la semana que viene

Toto – Gracias uvita. Chau - Dije con una sonrisa en la cara-

Me sonrió y siguió en sus cosas

Seguí caminando, solo 200$ pesos, no me alcanza para los remedios y la comida. Voy a tener que ir al centro a lustrar zapatos. No me queda otra.

Me dirija hacia el centro donde está la gente decente. O al menos eso me dice mi nona.

Bingo, están todos con zapatos, algo voy a enganchar dije para mí

Había un pibe, sentado en un banco de la plazoleta, tenía una mochila, así que supongo que era de la secundaria o la facultad. O alguna de esas instituciones donde va la gente que no está olvidada. Vamos a hacer el intento a ver si podemos ganar un mango.

Cap II

Hola amiguito – me dijo el pibe, con una sonrisa de compromiso y una mirada de lastima - ¿Te puedo ayudar en algo?

Hola – Dije muy tímido y con vergüenza, como siempre – Emh, le puedo lustrar. -No me dejo terminar la oración y dijo-

No hace falta nene, ¿Cuánto necesitas?

Necesito 200 pesos, le tengo que comprar los remedios a mi abuela –dije con mucha vergüenza y sonrojado-

Te pudo dar 100 pesos no más, si te sirven – me dijo con un tono medio de decepción -

Obvio dije que sí, los olvidados no tenemos el lujo de elegir entre agarrar o no la plata; lo que nos dan lo agarramos, todo sirve o al menos eso dice mi nona.

Le di las gracias, me sonrió muy amablemente y me fuí.

Que buen pibe, no tuve que hacer nada y me dio un manguito –pensaba, mientras caminaba, mirando a quien le podía lustrar los zapatos-

Me pase toda esa tarde lustrando zapatos, me dolían un poco las manos, pero conseguí la plata, eso era lo importante. Me gane unos manguitos para mí también, tengo para los remedios y la cena, asíque se podría decir que día terminado

Eran como las 17:30 pm según me dijo una señora que estaba limpiando el piso de un edificio.

Ya tengo que volver a casa.

De camino a casa pase por una de las escuelas del centro, donde van los niñitos ricos, los que tienen oportunidades y guita. Que suerte que tienen. No como los olvidados, que parece que no existiéramos, no tenemos derecho a recibir algo de educación, y oportunidad de ser “decentes”.

Pero bueno, es un tema complicado, eso dice mi nona

Paso un buen rato hasta que llegue a casa. Eran las 19:00 pm ya, tardé un poco porque tuve que comprar remedios en la farmacia y un poco de pan. Igual la panadera me regalo el pan. A veces cuando sobra y ya no lo van a vender me lo regala. Encima es un bombón la panadera. En fin. Tengo que hacer algo para la cena, así que voy a la huerta a buscar verduras y hago una sopa al menos. Nada es peor, como dice mi nona.

No la veo muy bien a mi abuela, esta media pachucha, debe ser la gripe. Acá en casa hace mucho frío a la noche. Tenemos una casa muy humilde como dicen los decentes. Es solo un ambiente, tiene una cocina media viejita ya, una heladera, una tabla con dos baldes abajo que lo usamos de mesa, y dos cajones como sillas, y afuera hay un mini cuartito que es el baño, y hay una cama de dos plazas que la compartimos con mi abuela. Pero ellos insisten en llamarlo humilde. No son condiciones básicas, pero ellos lo dibujan de humildad, total nosotros los olvidados somos todos negros cabeza que servimos nomas para el cultivo, ni estudiar nos permiten. Pero bueno gracias a la vida no duermo en la calle.

Ya está la sopa, así que vamos a comer y dormir que mañana hay que salir temprano. Los lunes esta bueno al mediodía por que las mamás dejan a los pibes en la escuela y compran verdura para el almuerzo. Se gana bien el lunes.

CAP. III

Son las 05:15 am lo sé por el reloj que hay colgado arriba de la puerta, me tengo que levantar, desayunar e ir a vender, o lustrar, vamos a ver si tenemos suerte con algo.

¿Saben?, Soñé que mis papás volvían por mí. Nosé porque, pero fue un sueño lindo. Se sintió un escalofrío en todo el cuerpo. Es una sensación inexplicable. Ya no había miedo, dolor, y hambre solo una sonrisa amplia al saber que solo tienes que dedicarte a ser feliz. Qué lindo se debe sentir eso. Pero bueno, soy un olvidado que solo tiene que ir a desayunar ahora. Por cierto voy a comer el pan que me dio la panadera, me tomo un té y a laburar como diría la nona.

Voy llegando a la ciudad, está el clima tenso como diría la nona, no hay nadie, hay mucha cana, como decimos en el barrio, hay vallas, ambulancias, gente con barbijo, cámaras. No me dejan pasar y me preguntan que hago acá. Nosé si mandarlos a la mierda o explicar mi situación. Obviamente no hice nada. Solo me fui.

Solo escuche que hay un virus, nosé que es eso. Pero es peligroso según los “expertos”. Pero todos sabemos que de alguna manera el virus más grande somos los olvidados, que tenemos sonrisas huecas por falta de dientes, moretones que se curan con el frio huesos más frágiles que un pellizco. En fin, no hay nadie en las calles, no hay zapatos que lustrar ni verduras que vender. ¿Cómo vamos a vivir los olvidados?

Para los decentes esto es fácil, ellos sacan y ponen a su antojo. Parecemos esclavos. Nosotros servimos, ¿y ellos qué? Pero ya estoy acostumbrado, para el gobierno no servimos.

Que hipócrita es la sociedad, festejan el 12 de octubre haciendo alusión al Respeto a la Diversidad Cultural. Nos repiten una y otra vez que ya no hay razas ni en el alma ni en la piel, que somos todos iguales, y la primera de cambios volvemos a ser unos simples olvidados.

En la paleta de colores solo aparecen ellos, pero se olvidaron de los colores oscuros, como siempre, se olvidaron una vez más de nosotros.

El arte nos invita a crear, pensar, crecer y recrearnos como personas...

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